Ana María Trujillo ha trabajado frente a la televisión desde los 23 años.
Su trabajo en la televisión empezó como presentadora. Después, se metió en la actuación. A lo largo de su carrera ha hecho pauses, pero hace poco empezó a actuar nuevamente. Su más reciente trabajo fue en el programa de televisión, “Pedro el escamoso,” el cual terminó de grabar hace poco.
Aunque empezó estudiando moda, a lo largo de ese camino la televisión la llamó. “Eso fue una cosa que me llegó a mí por sorpresa,” decía Trujillo, hablando de su carrera; nunca esperó terminar trabajando en la industria de entretenimiento, o menos ser actriz. “Y yo pensando: No, o sea mis papás me van a matar si me meto a actuar.”
Todo cambió cuando fue a una comida en el Club Cartagena en la cual conoció a Julio Sanchez, el pasado dueño de JES–una productora independiente. Ahí, Sanchez le dijo que sería buena entrevistadora y le dio su tarjeta.
“Yo en ese momento seguía en la universidad entonces no le paré mucha bola,” dijo Trujillo “pero como seis meses después, yo estaba volviendo a leer un libro que me estaba leyendo en Cartagena y me encontré la tarjeta del señor ahí.” Ella tomó esto como su señal y lo llamó. Así comenzó su carrera.
Hoy en día, Trujillo ha crecido y tiene más experiencia con la vida. “La disciplina supera el talento, y la amabilidad supera la belleza,” aconsejó Trujillo. “ Que perseveren siempre, que nunca se rindan.”
La siguiente entrevista ha sido editada y resumida para claridad.
¿Dónde creciste?
Yo soy colombiana nacida en Cartagena. Viví ahí toda mi infancia y mi adolescencia. Después, estudié en Estados Unidos, en Boston. Ya después, me devolví a Colombia, seguí estudiando en Colombia, y empecé a trabajar en Bogotá.
Qué bonito. ¿Siempre supiste la carrera que querías tener?
Siempre me gustó el diseño y todo lo que es fashion. Zapatos, ropa de niños, accesorios, ropa. Todo eso me encantó. Siempre. Bueno, yo empecé en la televisión en el año 1993, o sea ya a los 23 años, y empecé entrevistando escultores, artistas de toda índole porque en Colombia, la señora que entrevistaba a los artistas era una señora mayor y para el programa querían una persona joven que supiera del arte y de ese tema. Yo sabía- sé- mucho de eso. Entonces empecé muy joven, a los 23, entrevistando a toda esta cantidad de gente y ahí empezó mi carrera en la televisión.
Entonces nunca tuviste un momento específico en el cual dijiste o pensaste, “Yo quiero hacer esto.”
Eso me vino por sorpresa. Julio Sanchez, el dueño de JES, me dijo que sería perfecta para televisión y que necesitaban a una niña joven que sería capaz de entrevistar a un pianista importante, un director de orquesta importante o un escultor importante porque, por lo general, son señoras mayores las que hacen esto y les parecía súper chévere. Después de seis meses, lo llamé y me dijo, “Mañana ven.” Entonces al día siguiente fui, después de la universidad. Me recibió el señor y me dejó en manos del hijo, que se llama Julio Sánchez Cristo, que era él que dirigía el programa en el que yo empecé a trabajar. Él me dijo que sería buena actriz, pero yo le dije que quería Panorama. Él me dijo que lo entrevistara. Entonces yo lo empecé a entrevistar y él me respondía muy corto y es muy difícil entrevistar a una persona cuando te responden muy corto porque no te da tiempo ni de pensar.
Sí, súper seco.
Sí pues, súper seco para ponerme la presión, para ver si era buena entrevistadora. La verdad es que yo soy muy preguntona desde que nací, y habladora, entonces me fue súper bien.
Siendo una figura pública hoy en día implica estar en las redes sociales ¿Tú dirías que las redes eran menos tóxicas de lo que son ahora?
Claro. Porque además no te exponías a que te critiquen de frente, o de lado porque cuando te critican en las redes sociales es de lado. Además te critica una cantidad de gente que no ves y no te da oportunidad de decirles, “¿Pero por qué me dices eso? O sea explícame,” y uno explica su posición. Hoy en día lo mejor es no responderle a esas personas. La gente de hoy en día sienten que tienen derecho de decir cosas feas. A mí me enseñaron que si uno no tiene nada bonito que decir que se quede callado. Siempre me decían eso mis papás, porque no construyes, destruyes.
¿Y tú alguna vez sufriste con tu propia imagen o siempre te sentiste segura de tí misma?
Yo siempre fui muy segura de mí misma, pero fíjate qué bonita esa pregunta que me acabas de hacer. Nunca me la habían hecho. Cuando yo tuve a Cata [mi hija], yo trabajaba en RCN Televisión, era presentadora de noticias, y cuando tuve a Cata yo quedé un poquito gordita. La directora del noticiero en ese momento me dijo, “O te adelgazas, o te sacamos.” O sea eso pasa ahora y yo lo denuncio. Eso en ese momento no era un escándalo, pero hoy en día sí sería uno.
Que horrible.
O sea, eso le pasa hoy en día a alguna presentadora o alguna empleada y eso sería un show mediático, horrible. Mejor dicho, nadie se atrevería a decirme eso. Pero eso pasó en el 2000. Yo necesitaba el trabajo entonces me tocó adelgazarme. Pero he aprendido que yo debo tener el peso, primero que sea saludable para mí, segundo que yo quiera y me sienta cómodo con él, que me sienta como me quiera sentir. Cada ser humano es un mundo.
¿Cuál dirías que es tu inspiración más grande?
Pues tengo varias. Entre ellas está mi abuela, Ana María. Ella era una mujer trabajadorísima, protectora de los pobres. La mitad de su fortuna la dio a la gente más necesitada de Cartagena. Trabajadora, incansable, admirada, adorada, una mujer impresionante. Mi inspiración hoy en día para seguir trabajando y para seguir adelante, obviamente son mis hijas. Me gusta que vean que soy una mamá proactiva, trabajadora, buena ama de casa, que estoy pendiente de ellas. Mi esposo, también, y yo misma, como ponerme retos yo misma. Yo creo que es importante ponerse retos uno mismo.
Tú tuviste a tus hijas mientras estabas trabajando. ¿Cómo hiciste para mantener un balance entre tu familia y tu trabajo?
Claro, yo tuve a Cata cuando era presentadora de noticias y tuve a Juli a los treinta y seis años, y en ese momento era actriz. Mantener el balance es bien difícil porque, por ejemplo, en las noticias para mí era más fácil, porque en las noticias uno tiene un horario. Uno entra a tal hora y sale a tal hora. Actuación es muy difícil porque en actuación los horarios son muy duros. Tú tienes que despertarte, a veces, a las cinco de la mañana, cinco y media, entonces había días que yo salía y Juli y Cata estaban dormidas, y llegaba por la noche y estaban dormidas. Yo lo que trataba era llevarlas mucho al set para estar con ellas más tiempo. Obviamente, cualquier minuto que yo tenía libre era dedicado a mis hijas. Siempre. Ya están más grandes, ya no me necesitan tanto, pero igual, yo digo que las palabras vuelan, en cambio el ejemplo queda ahí para siempre. Yo, hoy en día, puedo seguir siendo un ejemplo para mis hijas. A pesar de que sean rebeldes y a veces digan, “Ay mamá, qué lata, tú con tu insistencia.”
¿Cuál crees que ha sido tu mayor desafío personal y/o profesional?
Eso tampoco me lo han preguntado. Me lo han preguntado pero no lo he tomado como lo voy a tomar ahora. Mi mayor desafío es convencerme a mí misma de que sí soy buena en lo que hago, porque a veces uno duda mucho de uno. Como que, “¿Será que sí soy buena?” Yo no me comparaba, porque obviamente todo el mundo es diferente pero entonces cuando me equivocaba dudaba, pero cualquiera se equivoca. Hoy en día es, también, “¿Será que soy buena mamá?,” “¿Será que soy buena ama de casa?,” “¿Será que soy buena actriz?,” porque hoy en día eso es lo que hago. Volví a actuar después de muchos años de estar ausente, y es eso–es el reto de hacer las cosas bien para yo estar segura de mi misma. Me parece super valioso.
¿Cuál crees que es tu mayor logro profesional o personal?
Personal, yo creo que ser un buen ejemplo para mis hijas. A pesar de que me critiquen porque soy intensa o les parece que soy muy conservadora. Creo que ha sido ese, y me considero un buen ejemplo para mis hijas–de eso sí estoy segura. Profesional, es mantenerme, porque llegar es fácil pero mantenerse no es fácil. Ese también es un reto profesional. Mantenerme con buenos papeles, que me sigan llamando, que me siga gustando lo que hago–eso es súper importante.
Bueno, tú creaste una fundación que se llama Ámate. Cuéntame sobre ella.
Mira esa es una fundación donde ayudamos a las madres cabeza de familia a mejorar el hogar. En Cartagena, hay una pobreza absurda y una riqueza increíble. Hay una desigualdad desmesurada, y estoy segura que cualquier donación hace no solo a las mamás felices, sino que las ayudan a hacer felices a sus hijos.
¿Qué te inspiró a crear esa fundación?
Sabes que, yo siempre quise tener una casa propia. Creo que para una mujer es muy importante tener su techo y estar tranquila de que no te van a botar de ningún lado, y que tus hijos van a tener un techo, que tienes donde sentarte, donde dormir. Eso para mí fue una prioridad cuando empecé a trabajar. Siempre quise tener mi apartamento propio, porque en Bogotá es muy difícil tener casa. Entonces yo quería tener mi apartamento propio, y entendí que es muy importante la educación y alimentación de los hijos y para eso hay muchas fundaciones hoy en día en Colombia, pero no había fundaciones para darle vivienda a madres cabeza de familia. Porque cuando yo me separé de mi ex esposo mi mayor afán era ahorrar para tener un apartamento propio. Entonces eso fue lo que hice, ahorré para comprarlo, y en el momento que me compré mi apartamento espectacular, divino, grandísimo, súper lindo, me sentí tan bien que yo dije, “Esto es lo que yo quiero hacer. Quiero que las mujeres sientan lo mismo que yo.”
Además, en Cartagena la pobreza es horrible.
Si, uno siempre dice, “No, en mi ciudad la pobreza es horrible,” pero uno llega a Cartagena y ve eso. Eso es muy difícil de entender. O sea eso es muy difícil que la cabeza asimile que eso está pasando en realidad. Es muy difícil. Hay gente que tiene las casas hechas sobre popó- es horrible. Además las desalojan, y no saben para dónde irse–es muy duro. Y eso ha llevado a que en Cartagena haya mucha prostitución infantil y prostitución de todas las formas, la pobreza absoluta. Entonces hay que empezar ayudando.
¿Qué consejo le pudieras dar a las niñas de hoy en día?
Al bullying que no le hagan caso, porque la mayoría de la gente que hace bullying, y está comprobado, es la gente más envidiosa, más rencorosa y con más conflicto. Al revés, a la persona que haga bullying ténganle lástima porque esa persona debe tener problemas en su hogar. Entonces ténganle lástima y no le paren bola. El consejo que le doy a las que quieran actuar, a las que quieran hacer lo que sea, es que tengan disciplina, que todo se logra. Mira, yo tengo una teoría, y es que, la disciplina supera el talento y la amabilidad supera la belleza. Uno tiene que ser amable y disciplinado porque si no eres disciplinado es muy difícil que tus objetivos sean realidad y que tus metas se cumplan. Que perseveren siempre, que nunca se rindan.